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jueves, 14 de julio de 2011

Mentiroso Compulsivo


Mentirosos Compulsivos

Si bien la mentira forma parte del ser humano desde su niñez, la conducta repetitiva de faltar a la verdad desde que uno tiene uso de razón deja de ser normal y se convierte en un problema patológico que hoy puede resolverse con la terapia adecuada.
"La compulsión es la base de todo tipo de trastorno obsesivo y la mentira repetitiva está relacionada con problemas en personalidades inflexibles y de conducta rígida", afirmó el doctor Eduardo Grande, jefe de la División Salud Mental del Hospital General de Agudos Teodoro Alvarez.
Una marca de la niñez
Aunque la personalidad del mentiroso compulsivo se manifiesta en la juventud o la adultez, los especialistas señalan que es durante la niñez cuando comienza a construirse.
Para el doctor Daniel Alberto Vidal, de la Asociación Argentina de Psiquiatría, mentir de chico "es una creación imaginativa espontánea común en los primeros años de vida, que forma parte del desarrollo psicoevolutivo normal". Como ejemplos señaló el mentir en los primeros diálogos con juguetes o mascotas y en los relatos de la vida cotidiana, que suelen adornar con situaciones y personajes imaginados.
"La conducta del mentiroso compulsivo tiene su raíz en los vínculos más primarios; es decir, aquellos que lo han formado como sujeto. En la niñez se forma su personalidad según la educación y el contexto en el que se vive", explicó la psicóloga Miriam Mazover, directora del Centro Dos.
Ahora, según la experta, el hecho de que los padres repriman las mentiras de su hijo le impide a éste generar una marca que lo caracterice y le suele dejar un trauma que se dará a conocer en la adultez. Comienza a operar un mecanismo en la mente que quedó enquistado en la infancia, sin elaborar. Así, la mentira repetitiva toma el lugar del recuerdo fallido y surge en forma inconsciente.
Mitomanía
Existen cuatro tipos de manifestación de la mentira: la hecha en forma esporádica (todos alguna vez mentimos), la evolutiva (de niño), la que se dice como producto de un padecimiento sintomático (para obtener atención gracias a la creación de un falso personaje) y la efectuada como conducta repetitiva. Esta es la mitomanía, en la que se vive para y por la mentira.
La mitomanía es una enfermedad patológica en donde el mitómano utiliza la mentira como conducta de vida, falseando la verdad respecto de hechos, cosas y personas con el objeto de hacer un daño. Existen tres tipos de personalidad donde se asienta esa conducta obsesiva: la psicótica (producto de un delirio), la perversa (la mentira es un instrumento para falsear hechos y dichos) y la neurótica (exagera la realidad para llamar la atención del receptor).
El cerebro de un mentiroso
Expertos de la Universidad de California del Sur hallaron que el cerebro de los mentirosos compulsivos posee diferencias estructurales respecto de quienes dicen la verdad: en el lóbulo frontal tienen más sustancia blanca que materia gris ¿a qué se debe esto? Los investigadores estadounidenses han detectado que los embusteros compulsivos tienen en el lóbulo frontal del cerebro más cantidad de sustancia blanca que de sustancia gris.
La sustancia blanca está compuesta por fibras, serían 'los cables del ordenador'. La sustancia gris está formada por neuronas, 'el disco duro', y conforma la corteza cerebral.
Por lo tanto, "cuanto más 'cableado' tenga un sujeto el lóbulo prefrontal mayor facilidad posee para mentir". Los mentirosos patológicos estudiados resultaron tener un 22% más de materia blanca. Se debe a que mentir supone un esfuerzo enorme. Es casi como leer la mente. Tienes que ser capaz de comprender el pensamiento de la otra persona. Tienes que suprimir tus emociones o regularlas para que no parezca que estás nervioso. Hay mucho que hacer. Hay que suprimir la verdad.
Un dato curioso es que la toma de decisiones morales se lleva a cabo en la sustancia gris del lóbulo prefrontal, los mentirosos compulsivos tiene un 14% menos de materia gris, lo que significa que se preocupan menos por los aspectos morales, que son menos capaces de procesar este tipo de pensamientos.
Conclusión
La mitomanía o mentira compulsiva se inicia desde la niñez por represión de una etapa vital que son las primeras mentiras piadosas en los niños. Apoyar o fomentar la mentira tampoco es el caso, los padres del infante deben mostrar la diferencia de la realidad y la mentira al niño. Cuando un niño miente, normalmente, exagera los hechos para llamar la atención o simplemente cuenta una ‘‘historia’’ de algo impresionante que le ocurrió (como por ejemplo luchar contra un dinosaurio), esto se debe a que el niño está desarrollando su cerebro e inconscientemente está analizando hasta qué punto puede llegar a creerle un adulto su increíble mentira. Reprimir esta etapa lleva a que el niño siga intentando la mentira y a la larga se vuelva una obsesión. Como adultos uno debe jugar con los niños y fomentar la imaginación, siempre separándola de la realidad, fingir que creemos esa mentirilla piadosa.
La mitomanía es muy sencilla de tratar y fácil de detectar, un mentiroso sabe cuando miente y con un acompañamiento psicológico apropiado y voluntad del paciente, la cura es muy sencilla.
El mentiroso compulsivo tiene autoestima baja y recurre a la mentira como una defensa, es por ello que no es aconsejable avergonzar a un mentiroso descubriendo su mentira públicamente, esto lo reprimiría más aún y la patología puede llevar a la depresión.

Micaela Villar

jueves, 7 de julio de 2011

Trastorno psicótico compartido (“folie à deux”) o locura compartida.

La folie à deux fue descubierta por primera vez por Lasegue y Falret en 1877.  Este trastorno suele recibir nombres como "insania doble", "psicosis compartida",  "trastorno paranoide compartido" o los anteriormente nombrados, "folie á deux", "locura compartida" y algunas otras variantes mas.


Este tipo de trastorno se genera cuando dos o mas personas comparten los mismos delirios y alucinaciones, confabulandoce. En general una de las dos personas tiene un trastorno psicótico, y la otra es una que posee una personalidad dependiente y se aferra al individuo, en este caso, psicótico, teniendo una estrecha relación.


La folie à deux es un fenómeno relativamente poco frecuente, a pesar de lo cual tiene un lugar preciso dentro de una clínica psiquiátrica.
A pesar de ser reconocido en hombres, este trastorno, es mas frecuente entre mujeres.

Las parejas más comunes suelen ser las de hermanas, un marido y una esposa, madre e hijo, dos hermanos, amigos íntimos o padre e hijo. Esta patología también se ha manifestado en familias enteras, por lo cual ha herencia es un factor que también afecta al "contagio" de este trastorno.

La sugestionabilidad también desempeña un papel importante en esta patología, en cuanto es una respuesta acrítica y de sumisión a una idea o influencia.

El cultismo (las sectas) es una variante de la folie à deux, donde una persona, el líder, inculca a un grupo con su ideología personal y crea condiciones de vida que impiden los contactos sociales de intercambio con la realidad. De esta forma, siguiendo a un líder psicótico, aceptando sus condiciones de vida y metas u objetivos a cumplir, se han cometido varios delitos y asesinatos.

El abuso de drogas, el envejecimiento y el aislamiento social pueden ser, también, factores contribuyentes para estos trastornos.


Este trastorno se va desarrollando de una manera paulatina: primero un individuo delirante autentico va armando y calculando poco a poco sus convicciones, una historia pausible junto a su pareja o persona allegada, sumisa a él por una regla de autoridad legitima socialmente reconocida. Luego una persona débil con mayor sugestionabilidad y dependencia, o menor inteligencia, carácter o actividad, va adquiriendo aquellas creencias delirantes como algo real y normal.

El iniciador y el receptor tienen muchos elementos en común, han vivido estrechamente unidos en el mismo ambiente durante un largo período, relativamente aislados del mundo exterior, comparten muchas experiencias vitales, necesidades y esperanzas comunes, y lo más significativo es la profunda relación emocional que comparten.



Es posible distinguir tres diferentes tipos de este trastorno.

La primera es cuando el trastorno surge al mismo tiempo en dos o mas personas que conviven y presentan igual predisposición premórbida.

La segunda es donde el trastorno pasa del miembro enfermo al sano y al separarlos el sano vuelve a recuperar la cordura. Este es el tipo mas frecuente dentro de este trastorno.

La tercera y ultima, la denominan psicosis comunicada y es cuando el sujeto inductor transmite la psicosis al receptor, posteriormente se desarrolla en éste un cuadro psicótico de modo autónomo que no se interrumpe con la separación de los que comparten la psicosis.


Para tratar esta locura compartida existen varias maneras, una de ellas es la separación de la pareja o grupo que recibe las condiciones del inductor de ideas delirantes. Por lo general esto suele ser suficiente para que el o los sujetos receptores pierda las ideas patológicas y recupere la cordura, volviendo a vivir en la realidad. Luego de un periodo de semanas o meses, dependiendo del caso, de separación, el psicótico debe ser tratado como un paciente cualquiera y los demás receptores, ser controlados.

A veces los resultados terapéuticos dependen en gran medida de la respuesta del inductor psicótico, en el caso de que la separación no pueda realizarse  en forma total y se siga manteniendo de alguna manera la influencia de uno sobre el otro.

El grupo o la persona secundaria, es decir el receptor, puede requerir tratamiento físico para acelerar su recuperación. Lo que sí, es indispensable que reciba tratamiento psicoterapéutico, con el fin de aceptar que el otro está mentalmente enfermo y que hay otras formas de permanecer juntos sin necesidad de compartir la locura, o elaborar la pérdida de la otra persona y por consiguiente de la relación.

Cuando se trata de una relación padre e hijos la situación es complicada por el tipo de afectividad que poseen. Las decisiones suelen ser trágicas y dolorosas, en forma sentimental, para los miembros del grupo.

Cuando se trata a personas con este trastorno el interés es doble, es decir: por un lado saber si después de un tiempo, a partir de la separación, existe un resultado benéfica sobre la persona cuyo delirio no es un delirio inducido.

Opinión personal:

Para mi este tipo de trastornos, ademas de ser extraño encontrarlo, depende mucho del grado de enfermedad que posee una persona, es decir, cuando se reconoce que alguien padece de trastornos psicóticos se tiene que evaluar que tipo de trastorno es, si se trata de una paranoia, de un miedo o fobia o si va por un lado mas peligroso. Por ejemplo, hay casos en los que un individuo psicótico convence a sus acompañantes de asesinar a alguien y hay otros en los cuales el objetivo es mas tranquilo o menos peligroso. 
Es necesario que apenas se sospeche alguna secuela de psicosis, se busque ayuda medica, por que los casos van empeorando y llegan a delirios demasiado irreales. 
En las relaciones madre/ padre e hijos, los últimos idolatran a los padres, dependen de ellos y no tienen conciencia de que lo que pasa es delirante. Hay casos en que los niños no pueden entender que sus padres padezcan de algo así y deben ser tratados en una clínica psiquiátrica.



Fuentes: 


http://www.aap.org.ar/publicaciones/forense/forense-3/tema-6.htm



http://www.eutox.com/index.php?option=com_content&view=article&id=99&Itemid=59



http://salud.discapnet.es/Castellano/Salud/Guias%20de%20Salud/Guia%20sobre%20salud%20mental/Trastornos%20psicoticos/Paginas/trastornos%20psicoticos.aspx







Camila Sassone.